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Andrés Idárraga Franco, aún vive con los recuerdos de la aciaga noche del 9 de septiembre del 2020 en Bogotá. No se olvida, del portazo cuando abandonó la dirección de derechos humanos de la alcaldía de Claudia López. “Falta de claridad de la Secretaría de Gobierno frente al abuso policial” , fueron las críticas, del hoy, Secretario de Transparencia del gobierno de Gustavo Petro, designado el 26 de agosto del 2022, mediante el Decreto 1771.

Para Idárraga Franco, ahora son otros tiempos. Quizás, por eso, llegó a La Guajira, en donde se acaban de vivir 48 horas de bloqueos, en donde también se protestó durante las jornadas de paros nacionales, pero sin que se presentaran desmanes, ataques, abusos de parte y parte.

El funcionario quiere saber sobre las muertes de niños y niñas, a quienes el hambre les ha pasado una dura cuenta de dolor. Entender, como en medio de las riquezas generada por el carbón, el gas, la sal, el mar, las tierras fértiles, la península guajira, encabeza el ranking con la mayor desigualdad del país, en donde la muerte cabalga a diario, sobre los escuálidos y famélicos cuerpos de los menores, que no alcanzan a desarrollarse, cuando ya tienen el acta de defunción.

Ojalá, pueda conocer la realidad sin tapujos, amaños y tergiversaciones. Que la gente pobre narre sus dramas sin las miradas amenazantes de algunos líderes, o de las autoridades estatales.

Esperemos que Andrés, maneje esta información con toda la seriedad que merece. Que tenga la misma sensibilidad que mostró, cuando llegó a los CAI, en donde tenía encerrados a decenas de heridos de los enfrentamientos durante el paro del 9 de septiembre del 2020.

De Andrés, se espera que, no hagan como otros, que al frente de ese mismo cargo, se han paseado por La Guajira y luego postularon sus nombres como candidatos al congreso, a donde llegaron y jamás se acordaron de la miseria que les había servido de soporte para sus campañas proselitistas.