Editorial

Grave que Jairo Bovea, haya utilizado las vías de la fuerza bruta, para eludir una responsabilidad laboral. Grave, que Víctor Daniel López, el exempleado atropellado, utilizara las vías de la violencia para reclamar, lo que, en derecho, el Ministerio del Trabajo debió avalar. Peor aún, que un problema de esta índole, tenga que desbordar, en enfrentamiento ideológico, con ofensas abordo, ‘Petristas’ y Uribista’, mientras que el tema fundamental, aún no se resuelva.

Jairo Bovea tendrá que defender en los estrados judiciales, lo que hoy se presumen como un intento de homicidio. Su abogado ha comenzado a argumentar que su defendido iba a parquear el vehículo, versión ingenua, que se cae por su propio peso.

Lo aconsejable para ‘Jairito’, es reconocer la falta. ‘Se le fueron las luces’, al empresario de la gastronomía, se le rebosó la copa, estaba cansado de los reclamos de Victor Daniel López, su exempleado, quien anteriormente había realizado faenas fuertes dentro del restaurante, como atacar, lanzar a tierra los muebles del negocio, pero además, sus compañeros lo habían denunciado por sus continuos ataques.

Victor defendió sus derechos laborales. Estaba ‘estresado’. Quizás muy desesperado. Sus compañeros de oficios argumentan otros hechos. Nada de eso, justifica la actuación de ‘Jairito’, quien también, al igual que su exempleado, fue víctima de un rebosamiento de hechos, que originaron, dos comportamientos que, se han virilizado en redes sociales, que incluso, sacaron al presidente Gustavo Petro, de su reposo vacacional de fin de año, para opinar, sin cumplir con el rigor de conocer el fondo de cada una de las partes.

Victor López, atendido por los médicos.

Dice Victor, que el Ministerio del Trabajo, no actuó. ¿Por qué? Excelente pregunta, y ese debe ser el comienzo del pronunciamiento del mandatario nacional. El Estado, como juez imparcial, debe establecer cuál es la deuda de ‘Jairito’, para que el empresario cumpla con su deber.

La plazoleta de comidas de la calle 10 con carrera 15, otro negocio de ‘Jairito’ se vio obligado a sacar un documento donde se deja claro que el señor no puede trabajar más en la plazoleta, por un presunto mal comportamiento. Además se expidió una medida de alejamiento, en donde empleados se sienten afectados.

A Victor no se le pueden escamotear sus derechos. Por eso, debe existir una mediación del Estado. A ‘Jairito’ se le debe iniciar un proceso, por su exceso de fuerza, para resolver un problema de orden laboral. La Fiscalía debe actuar, para verificar los antecedentes que rodean este triste episodio, que pone en peligro un negocio de emprendimiento, que Bovea inició hace mucho rato en otro lugar, con otros socios.

A Bovea lo tienen en el escarnio público. El problema se volvió viral, hasta el punto, que dos bandos políticos, se han encargado de ‘atizar’ el fuego sin aportar salidas a un problema, que, casi a diario, es el pan de cada día en Colombia, en donde las leyes laborales, son manejadas muchas veces, apartadas del orden constitucional.

El circo romano de finales, y comienzos de año, debe terminar. Victor debe recibir lo que le corresponden y responder, también por sus errores cometidos en los procedimientos de reclamar. ‘Jairito’ no puede escudarse en ‘salidas’ pocos creíbles, y asumir la verdad. De frente, como un ciudadano de bien. Todos los humanos cometemos errores. ¡Quien esté libre de pecado, que lance la primera piedra!

LOS ATAQUES DE VÍCTOR, DELE CLIC PARA VER VIDEOS

Victor ingresa al restaurante.