
El más grande de los escultores y pintores colombianos, acaba de irse. Estaba en su casa de Mónaco, cuando su corazón de latir. Suspiró al mundo celestial de los grandes, en donde llegará con sus herramientas para seguir pintando al mundo y mostrando las bondades de los humanos.
Nació el 19 de abril de 1,932 en Medellín. Estudio en el Liceo Antioqueño, en donde comenzó a mostrar sus dotes como artista. En clases pintaba y con barro hacía pequeñas piezas esculturales.
Su muerte genera tristeza, pero también deja la masticación de haber tenido a uno de los grandes hombres que servirá de icono universal para seguir mostrando a Colombia.
Es rara la ciudad o el país en donde no brille una escultura del maestro Botero, eso nos llena de orgullo.
Visitar museos y encontrar a un colombiano, como a Fernando, que siempre se dedicó del arte, enseñando que se puede vivir con dignidad con la creatividad de sus manos y de tu pensamiento.
Las exposiciones de Fernando Botero, eran tan voluminosas como sus esculturas, muchos euros, dólares y pesos. Su obra estaban además de los parques, también las observan en los más afamados museos del mundo, hasta el punto, que algunos expertos aseguran que movió casi 60 millones de dólares en el mercado del arte. En los últimos años, esa cifra se ha más que duplicado con el creciente prestigio del maestro. El ranking era apenas una confirmación de lo que ya se sabía: Botero era el primer colombiano en convertirse en un artista universal. ¿Cómo lo logró?