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En un momento en el que muchos se sienten desesperanzados y desconfiados de la política y la sociedad, la labor de Juana Cordero Moscote en los barrios de Riohacha ha sido un rayo de luz en medio de la oscuridad. Durante los últimos 10 meses, Juana ha trabajado incansablemente en los barrios más pobres del Distrito de Riohacha para fomentar la cultura ciudadana y construir confianza en la comunidad. Su filosofía de que “No somos cubos vacíos para llenar, somos fuego para encender” refleja su creencia en el poder innato de cada persona para contribuir y hacer una diferencia positiva y convertirse en agentes de cambio.

Juana es una innovadora y ha estado trabajando con los residentes de los barrios para ayudarlos a recuperar la confianza en las instituciones y en su capacidad de soñar y lograr grandes cosas. A través del Movimiento Cívico y Ciudadano Amor por Riohacha y su Escuela de Formación Ciudadana, ha realizado talleres de liderazgo y desarrollo personal, e implementado entornos de transformación social dentro de las comunidades, inspirando a las personas a descubrir y utilizar sus habilidades y talentos únicos para ponerlos al servicio de nuestra ciudad.

Además, Juana ha estado organizando eventos comunitarios para fomentar la cohesión social y celebrar la diversidad cultural en los barrios. A través de estas actividades, ha demostrado que todos tenemos algo que aportar y que cada uno de nosotros tiene el potencial de ser un líder en nuestra propia comunidad.

Pero quizás lo más importante de todo es que Juana ha sido una defensora de la construcción de confianza en la comunidad a través de la coherencia y la consistencia. Su trabajo ha demostrado que la desconfianza y la polarización pueden ser superadas si nos esforzamos por construir relaciones auténticas y respetuosas con las personas de nuestra comunidad.

En tiempos de incertidumbre y división, la labor de Juana Cordero Moscote nos recuerda que la grandeza reside en cada uno de nosotros, y que cada persona tiene el poder de encender una llama de esperanza y transformación en su comunidad. El ejemplo de Juana es una llamada a la acción para todos nosotros, para que nos esforcemos por construir una Riohacha más fuerte, unida, próspera y productiva. Como dijo Juana, juntos podemos iluminar el camino hacia un futuro más brillante y esperanzador para todos los Riohacheros.