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Por José David Name Cardozo
Senador de la República
Partido de la U

José David Name Cardozo
Senador de la República

La vieja disputa por la jurisdicción del Corredor Universitario revivió la semana pasada, después de un fallo en segunda instancia del Consejo de Estado que declara nula la ordenanza 075 del 2009 expedida por la Asamblea del Atlántico que establece los límites territoriales de Puerto Colombia y Barranquilla. Desde hace más de tres décadas los porteños se encuentran en medio de una pelea injusta, como la que en su momento enfrentó un joven David contra el gigante guerrero filisteo, Goliat.

El Corredor Universitario una zona de gran desarrollo urbanístico que abarca importantes colegios, universidades, hospitales, empresas, centros comerciales, barrios prósperos, entre otros, es el botín que el Distrito de Barranquilla quiere arrebatarle a Puerto Colombia, en esta disputa territorial y administrativa. Más de 1.400 hectáreas que representan aproximadamente el 60% de los ingresos tributarios del municipio están en juego, y con ello la estabilidad fiscal de Puerto. Mientras tanto, la incertidumbre tiene en vilo a los porteños, quienes siempre han defendido su territorio y se niegan a la injusta segregación de su municipio.

Las múltiples interpretaciones que se le han dado al fallo, en contra y a favor de los unos o de los otros, solo han servido para polarizar más el tema y distanciar las soluciones. Por un lado, se dice que el fallo no definió los límites, solo confirmó la sentencia del Tribunal del Atlántico y por el otro, que el Consejo de Estado confirmó la devolución del Corredor Universitario a Barranquilla, lo cierto es que nada está definido en cuanto a las acciones y autoridad catastral que tendrán tanto el distrito de Barranquilla como el municipio de Puerto Colombia.

Aquí aún no ha ganado, ni perdido nadie, todavía hay mucha tela por cortar para darle punto final a este conflicto. Ahora, como lo establece la ley, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac) deberá entrar a mediar y definir los límites entre Barranquilla y Puerto Colombia. Un proceso que tomará su tiempo y que debe llegar al Congreso, preferiblemente bajo acuerdos, para no perjudicar de manera irremediable al municipio.

Desde la Comisión de Ordenamiento Territorial del Senado que se encarga de liderar todos los procesos de ordenamiento territorial y descentralización, hacemos un llamado a los entes territoriales a buscar un acuerdo que no afecte a los más pequeños en este caso el municipio que sufriría un fuerte golpe con una decisión en contra. Pedimos al Alcalde de Barranquilla apoyar el progreso del municipio que hace parte del área metropolitana de la ciudad y tener en cuenta las implicaciones que tiene la decisión.

Esperamos que como relata la historia bíblica, la valentía del más pequeño sea recompensada, y resulte siendo el victorioso sobre su poderoso oponente.

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