La canícula que arrecia por estos días al Resguardo Indígena de Provincial, no fue obstáculo para que Cerrejón y el municipio de Barrancas pusieran al servicio el primer centro de salud con enfoque diferencial que tendrá la península, construido con recursos del sector privado, el respaldo del estamento oficial y el apoyo de la comunidad.
Todos los invitados acudieron a la cita histórica y especial. La primera fue Claudia Bejarano, presidenta de Cerrejón, una barranquillera que se ha ganado con mucho afecto, el cariño de las comunidades, que han sido testigos como se cumplen los compromisos sociales que se pactan con la compañía minera.
Luego de soltar los lazos, que simbolizaban el corte de cinta, los saberes occidentales y los ancestrales, entendieron que, por fin, en el norte de Colombia, los oütshi, estarán en el mismo lugar, para atender a las mujeres que van a parir, a los menores afectados por diferentes patologías, o al anciano, cuando los tiempos le comienzan a facturar.
Provincial es un resguardo maravilloso, en donde afortunadamente la resiliencia wayuu, les está enseñando a mirar, vivir y desarrollar su vida, partiendo de la misma base de su problemática. Han entendido que se deben reclamar los derechos, pero también entender sus deberes. Han aprendido a convivir al pie de las explotaciones mineras. A sentir el polvillo, pero también a invertir con mucho rigor, los recursos que les llegan por SGP, y los que logran concertar con las empresas que operan en la región.
Es un resguardo diferente, tanto, que han entendido que el centro de salud debe ser una empresa autosostenible, para lo cual comenzaron a soñar con la creación de una IPS, capaz de generar empleos y velar por la salud de los habitantes de la zona.
Las palabras de Luis Emiro Guariyú, Autoridad Tradicional de Provincial, lo resumen todo: “Estoy feliz y agradecido con Cerrejón por la puesta en marcha de este puesto de salud, en el que participamos desde su diseño, luego en la construcción y ahora podremos beneficiarnos todos los miembros de la comunidad, incluso otras comunidades cercanas a nosotros. Soñamos con convertirla en un IPS Indígena basado en el decreto 1953. Celebro que podamos tener este espacio para la práctica de la medicina tradicional porque preserva nuestra cultura”.
Claro que si podemos hacer cosas diferentes en medio de esta crisis que vive nuestra región. Claro, que si todos aportamos, la península, que lo tiene todo y muchas veces parece no tener nada, podrá alcanzar su anhelada transformación.