Por José David Name Cardozo
Senador de la República
Partido de la U
Septiembre llegó con nuevos aires para los barranquilleros, quienes tras el desastroso y cuestionado desempeño del Grupo Aeroportuario del Caribe S.A.S. (GAC), concesionario del Aeropuerto Ernesto Cortissoz, esperaban ansiosos el inicio del proceso de finalización del contrato. Ahora, con la Aeronáutica Civil encargada de la operación de la terminal aérea, se espera una nueva era de buenos y mejores resultados, y por qué no, el renacer del Cortissoz.
El fracaso de esta concesión, que desde el 2015 prometió la modernización del aeropuerto a través de obras de soñadas obras que nunca llegamos a ver, debe servir como lección para evitar repetir los mismos errores. Hemos perdido años en una transformación que nunca se materializó, afectando tanto la operación y el servicio del aeropuerto como la competitividad regional. Este estancamiento ha causado un gran atraso para Barranquilla y su área metropolitana.
El pasado domingo 1 de septiembre, inició la etapa de liquidación del contrato de concesión, que se extenderá hasta el 28 de febrero de 2025. Durante este proceso, los atlanticenses demandan el mayor compromiso por parte de la Aerocivil, tal y como lo ha demostrado hasta ahora con la continuidad de la operación sin traumatismos y el anuncio de inversiones por $149.673 millones que se destinarán a garantizar el funcionamiento, operación, mantenimiento y mejora del aeropuerto.
Después de un escenario que se miraba preocupante por el fracaso en el que se convirtieron las obras de ampliación y modernización del aeropuerto Internacional Ernesto Cortissoz, esperamos una transición transparente y comprometida. Es crucial que se finalicen las obras de alto impacto que quedaron pendientes, tales como la culminación de la sala de recepción de equipaje del muelle nacional, la adecuación de la sala de espera del muelle internacional, el reforzamiento estructural del terminal de pasajeros y las plataformas, así como la mejora en los sistemas de aire e iluminación, y la demarcación de pistas y calles de rodaje, entre otras.
La importancia del Aeropuerto Ernesto Cortissoz es indiscutible. A lo largo de 2023, movilizó un total de 3.283.179 pasajeros, de los cuales 2.827.146 fueron nacionales y 456.033 internacionales, según datos oficiales. Ubicado entre las cinco terminales aéreas más importantes del país, el aeropuerto necesita cumplir con altos estándares de servicio, confort y seguridad operacional para consolidarse como el centro logístico del Caribe Colombiano.
La terminación anticipada del contrato representa una nueva oportunidad para encontrar una concesión que transforme al aeropuerto en una de las infraestructuras más eficientes de la región y que reivindique a la ciudad. Es el momento de cerrar el capítulo negativo dejado por el Grupo Aeroportuario del Caribe y avanzar hacia una nueva iniciativa privada (IP) que satisfaga completamente las necesidades de Barranquilla en términos de conectividad aérea. Esta es la oportunidad para cumplir el anhelo de los barranquilleros de tener un aeropuerto internacional a la altura de sus expectativas.