El terror, el silencio y la incertidumbre ronda la zona de Perico y Ebanal, tras la incursión de hombres armados, que incursionaron en varias viviendas de fincas ubicadas a orillas de la carretera Troncal del Caribe, de donde sacaron a la fuerza a siete personas, que al parecer prestaban sus servicios como jornaleros y administradores en esa zona.
Cuatro cuerpos aparecieron entre el kilómetro 60 y 57 de la vía Riohacha – Puente Bomba, cerca al poblado de El Ebanal. Sus cuerpos aparecen con signos de torturas y la mayoría con heridas en el cuello, mientras que se buscan a otras tres personas, las cuales están desaparecidas desde la noche del viernes 15 de noviembre, cuando los hombres armados irrumpieron en esa zona.
Parece que el silencio, es el pasaporte para conservar la vida. Nadie habla. No dicen nada referente a la forma como fueron sacados de sus humildes viviendas.
Las autoridades llegaron a los sitios donde estaban los cuerpos, para practicar el levantamiento de los cadáveres; solo uno, fue reconocido como Kelmer, de los restantes se barajan nombres o apodos, como suele conocer e identificarse a la gente de estos poblados.
En esta zona se han presentado algunos casos similares de personas sacadas de sus casas, cuyos cuerpos aparecen posteriormente con signos de torturas. Igualmente, la carretera se ha convertido en el sitio ideal, para arrojar cuerpos de personas asesinadas, pese a que recientemente se celebró una reunión con el ministro de la Defensa Nacional en Palomino, pero parece que la seguridad no ha mejorado.
Perico es un pequeño corregimiento de Riohacha, cuyos habitantes, en su mayoría, se dedican a la pesca, a trabajar como jornaleros en las fincas vecinas o pequeños comerciantes en la capital de La Guajira. El Ebanal, se encuentra en la intercepción vial, entre la Troncal del Caribe y el corredor Minero, una carretera alterna, que permite a los viajeros que vienen de Santa Marta y van al sur del departamento, hacer el desvío para llegar a La Florida.