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Detrás de cada hombre hay una extraordinaria mujer. Esa es Angélica… una mujer extraordinaria, de esas que nacen y el molde se daña. Está casada con el ingeniero Marlon Amaya Mejía, alcalde del municipio de Dibulla 20-23, es una esposa ejemplar, incondicional, entregada a su hogar, acompañando a su esposo de manera eficiente, proactiva, trabajadora incansable, atenta a cada detalle sin descuidar su rol de madre, e hija.

NOTA REDACCIÓN
Siempre con la mano amiga para llevar cariño a los menores.
Los adultos mayores gozan con su presencia.
Su corazón está abierto para sentir el calor de los niños.
Los niños sienten la sinergia que esta mujer emana de su cuerpo.

Por Hildren Estrada

Angélica Escobar Ospino

Angélica Escobar Ospino, una mujer llena de grandes cualidades, trabajadora incansable por el bienestar social de su gente, de su familia y de su región, desde pequeña se ha caracterizado por servirle a los demás. Sencilla, cariñosa, comprometida, responsable, con un corazón lleno de amor, presta a servirle a todo el mundo, sin topes, ni barreras, en su lenguaje no existe no se puede, siempre hay una respuesta positiva y esperanzadora.

Nacida en Tenerife, a orillas del grandioso río Magdalena. Criada en la hermosa ciudad de Santa Marta. Es la menor de 4 hermanas, realizó sus estudios en el Colegio la Presentación en Santa Marta. Ingeniera de Sistemas, egresada de la UNAD, con Especialización en Gestión y Formulación de Proyectos de la Universidad del Magdalena. Una profesional apasionada por el servicio a la comunidad.

Ser la gestora social del municipio de Dibulla, ha llenado su vida de grandes retos y desafíos. Agradece a Dios por la oportunidad de demostrar de que están hechas las mujeres. Su carácter, compromiso, disciplina y don de servicio, han sido sus armas para sacar adelante sus programas sociales, lo que le ha permitido fortalecer a los adultos mayores en grandes leyendas, en ese patrimonio cultural, en resaltar ese baluarte que tiene la región. Le inculca a los niños que se vale soñar, que los sueños sí se hacen realidad y juntos pueden construir un mundo mejor, lleno de paz, alegría, armonía y empatía; los valores son la fórmula mágica para lograr y alcanzar todos los sueños.

Cariño sincero a los adultos de su tierra.

Con su loable labor ha dejado una huella en los corazones no solo de los adultos mayores que la aman con pasión, sino en los niños, niñas, jóvenes, adolescentes, amas de casa, madres cabeza de familia, etc., que han recibido de la gestora del municipio, no solo programas sociales, aportes psicosociales, emprendimientos, aportes a la juventud, a los adultos mayores, sino, esa mano amiga, esa persona a la cual se puede llegar en todo momento, ese apoyo incondicional, en ella encuentras ese abrazo que sana, restaura, llena de regocijo y generosidad.

Rol de esposa y madre

Detrás de cada hombre hay una extraordinaria mujer. Esa es Angélica… una mujer extraordinaria, de esas que nacen y el molde se daña. Está casada con el ingeniero Marlon Amaya Mejía, alcalde del municipio de Dibulla 20-23, es una esposa ejemplar, incondicional, entregada a su hogar, acompañando a su esposo de manera eficiente, proactiva, trabajadora incansable, atenta a cada detalle sin descuidar su rol de madre e hija.

En su rol de madre, es generosa, protectora y cuidados de su hijo Marlon José Amaya Escobar, es la luz de sus ojos, ha estado en todos los momentos de su hijo. Es una madre abnegada y entregada, acompañándolo siempre en sus largas batallas y sus victorias. No se sabe cómo lo hace. Tampoco conoce cuál es la fórmula, pero cumple con todos los roles que la vida le ha colocado a la altura de cada compromiso.

Hablar de Angélica Escobar es como desnudar su corazón, es un gran ser humano lleno de virtudes, con una gran sencillez que la hace pasar desapercibida, es amable, inteligente y generosa siempre atenta a servir en todo lo relacionado con la parte social. Su gran pasión son los abuelos y el cuidado de los niños de Dibulla y sus corregimientos, siempre impulsando un legado para dejarles lo mejor, para que tengan mejores oportunidades. Es feliz tendiendo la mano a aquel que lo necesita, es feliz sirviendo, es feliz buscando los mecanismos y estrategias no para servir el pescado, sino para enseñar a sacarlo, a fin de generar sentido social, y dejar huellas en cada corazón que se dispone a conocerla.

Sensible, generosa e inteligente

La voz alegre que llega a todos los menores.
El cariño se expresa con sencillez en cualquier momento

Ha desarrollado varios programas sociales, en los cuales su amor incondicional, don de gente y el servir hacia el otro, le han permitido abrir su corazón hacia los demás, entender al otro desde su óptica social, compartir con ellos desde sus necesidades más apremiantes, sentarse a escucharlos, reír y llorar junto a ellos, compartir una taza de café al son de una buena conversa, estar cerca de los abuelos, de la sabiduría, la experiencia y la memoria del pueblo. Hacerlos sentir útiles ante la sociedad y sus familias, compartir tiempo de calidad con ellos con los adultos mayores es darles el regalo más preciado.

Algunos dicen, que Angélica es exigente, si es exigente, porque le gustan las cosas bien hechas, se esfuerza porque todo quede bien, perfecto, le gusta cumplirle a su gente, tiene carisma y comparte con todos. Su liderazgo va encaminado a lo social, a lo intangible a llenar corazones de niños, adultos y adultos mayores de amor puro, de enseñanza, de fomentar valores y aprender de toda la sabiduría de los mayores.