Una cría de gallinas, gallos y pollitos en plena calle Ancha, se ha convertido en atractivo turístico para los habitantes de Riohacha. ! Insólito! Turistas, especialmente extranjeros y de otras regiones del país, han disparado sus cámaras y celulares para captar el hermoso momento en que las aves de corto vuelo ponen sus huevos, salen a cacarear su obra reproductora, y el sublime momento, cuando el desaforado gallo sacia su voracidad sexual montando a una arisca gallina, sin importar que la gente observe, la escena amorosa que hacen placidamente frente al propio Palacio de Justicia, violando las normas morales y de buenas costumbres que rigen en este país.
¿De quién es el gallinero? Nadie sabe. La única forma para saberlo, es que alguien intente llevarse un par de animales de corto vuelo, inmediatamente salen los dueños a reclamar.
¿Serán de Greta Deluque o su esposo David Romero? Creo que no. Ellos compran las aves ya sacrificada para preparar los suculentos alimentos en el restaurante Yotojoro.
Alguien quiere culpar a Néstor Gómez, pero ha quedado claro, que este ilustre hombre de bien, no es amante de la avicultura.
Dicen que pertenecen a la Oficina de Medicina Legal. ! Eso no lo creo! Esas no son funciones de la entidad, en donde solo se manejan especies muertas. Los funcionarios han aclarado que no existen registro de compra de animales.
¿Serán los jueces o magistrados? Tampoco. Algunos les gustan los gallos, pero en el redondel, en la arena, coliseo, ruedo o el palenque. Son amantes de las gallinas criollas, pero con malanga y buen guiso. Los pollos les gustan pero a la broaster.
La única verdad es que tanto como las gallinas y los gallos, con sus respetivos pollitos, sale todos los días a rebuscarse en la parte final de la calle Ancha, frente al Palacio de Justicia y el restaurante Yotojoro. Es un bonito espectáculo, digno de un pueblo ‘macondiano’ como es Riohacha.
Todos nos acordamos cuando la exalcaldesa Carmen Garzón Freyle, en pleno ejercicio de su segundo mandato, ordenó el arresto de un gallo, cuyo propietario lo había amarrado en el separador de la avenida Primera o 14 de Mayo. El animal comenzó a darle picotazos y espuelazos a las materas llenas de flores que habían colocado para darle un toque estético y con mucho colorido natural a esa zona.
Como Riohacha carecía de Coso municipal, el gallo fue llevado a los patios del palacio municipal mientras se esperaba el día del juicio, se daba el fallo y los abogados con especialización gallísticas, presentaban la apelación o el caso iba a otros tribunales.
El animal, extrañando su hábitat natural, comenzó a cantar, esto generó la alerta y protestas de los vecinos. Al día siguiente se armó el escándalo. Fue el primer gallo encarcelado en todo el país. La prensa nacional hizo eco de la noticia local. Gabriel García Marquez y Juan Gossain, se pelearon los méritos para escribir un nuevo libro.
Años después, a la exalcaldesa la recuerdan más, por el arresto del gallo, que por la transformación ornamental, los relojes londinenses que ubicó en sitios estratégicos de la ciudad, y el mismo paro que por espacio de 45 días le hicieron los trabajadores municipales.
¿Será que José Ramiro Bermúdez, o los jueces del Palacio de Justicia, ordenan la captura y encarcelamiento de la cría de aves?