Spread the love

La histórica avenida 14 de Mayo o simplemente la Primera de Riohacha, se vistió de gala. Decenas de feligreses, todos devotos de la Virgen de los Remedios, cargaron su imagen para llevarla a las embravecidas aguas del mar Caribe, que este domingo reventaba sus olas contra la arena blanca que se encuentran frente al hotel Arimaca, donde hace exactamente 360 años, se registró uno de los más grandes milagros que encierra la capital de La Guajira.

Es una historia de fervor, fe y devoción que ha ido pasando de generación en generación, hasta perdurar entre quienes este domingo fueron a cargar su estatua y llevarla a recorrer los sitios en donde hace 360 años, los habitantes de la pequeña aldea se vieron amenazados por una especie de maremoto o tsunami, que intentaba tragarse las casitas de bahareque y barro construidas con esfuerzos en lo que hoy es la avenida Primera de Riohacha.

Los viejos narradores relatan que los Reyes Católicos de España enviaron como obsequio para las ciudades de Valledupar y Riohacha dos imágenes: para la primera ciudad, la Virgen de Los Remedios; y para Riohacha, la Virgen del Rosario.

Al momento de desembarcar en la capital guajira, se hizo imposible cargar a la virgen que venía para esta tierra, la del Rosario, y los encargados decidieron dejar entonces la otra, la que voluntariosamente quiso quedarse en la localidad que ahora la venera.

Ella, cuenta la leyenda, fue sacada en hombros a la calle junto a la playa, en plena tempestad que amenazaba tragarse la ciudad entera. Allí su corona bendita cayó a las aguas, que inmediatamente se calmaron, por la intercesión de su dueña.

En otro relato, la Virgen de los Remedios –la Vieja Mello, como la llaman– aparece como salvadora de la ciudad, esta vez del asedio de los piratas, quienes al ver la inmensa procesión detrás de la imagen, traída hasta el mar para invocar su protección, huyeron despavoridos.

La historia de la Corona de la Virgen es la tradicional versión que cuentan todos los riohacheros. Incluso en la Calle Primera de Riohacha, considerado lugar del milagroso hecho, existe una placa que reconoce el sitio donde la corona cayó.

El milagro siempre será recordado con fervor, no solo el 14 de mayo, también el 2 de febrero, cuando los riohacheros conmemoran el día de la virgen o la ‘Vieja Mello’ como sus hijos la denominan, cuando quieren hacer sentir el cariño que le profesan a su patrona.