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En Tigreras ronda el miedo. La gente prefiere guardar silencio. Callar es un pasaporte a la vida. Hablar parece una sentencia a muerte, al menos todos se cuidan en no decir nada. La única verdad es que los grupos paramilitares reaparecieron en la zona bananera de La Guajira. Llegaron hace rato, cuando aparecieron tres cadáveres de unos comerciantes de Sucre, que desaparecieron en Buritaca, y sus cuerpos fueron encontrados a orillas del río Tapias. Ahora, la muerte de Jhon Jairo Sánchez, a quien identifican como un trabajador de las fincas y de oficio varios.

La ratificación de la presencia de los ‘paras’ la hizo el mismo grupo a través de un video, en donde muestras a hombres uniformados con prendas similares a las utilizadas por el ejército colombiano, bajando de una camioneta y gritando arengas alusivas a la Reconquista de la Sierra Nevada de Santa Marta.

La zona bananera de La Guajira está compuesta por pequeñas poblaciones como Las Flórez y Campana Nuevo en el municipio de Dibulla y Puente Bomba, Pelechua, Ebanal, Tigreras, Choles, Comejenes y Matitas, en el área rural del Distrito de Riohacha, donde además de banano, se cultiva palma africana en gran escala. Eran poblaciones tranquilas, al menos lo fueron después de la bonanza marimbera. Después del secuestro y posterior asesinato de un empresario bananero perteneciente a la familia Vives, la región cayó en una depresión por la violencia. Allí confluían la guerrilla del ELN y el EPL, por un lado, y por el otro, grupos paramilitares.

Muchos líderes han salido de esas poblaciones y han sentado residencia en Riohacha, Barranquilla y otras ciudades del país. El éxodo apenas parece comenzar. Son poblaciones en donde las olas de violencias han sido cíclicas, muchos parecen acostumbrados a estas situaciones. Ahora confiesan tener miedo.

Hace poco, la inseguridad fue desatada bandas de delincuentes que asaltaban fincas, robaban equipos y ya estaban incursionando en la carretera Troncal del Caribe, en donde colocaban trincheras para pinchar las llantas de los vehículos y luego asaltarlos. Hace un mes, fue asesinado un funcionario de la fiscalía que hacía tránsito entre Camarones y Riohacha.

Tanto el gobierno departamental, distrital, la policía y el ejército, guardan silencio. Los paramilitares ya hablaron y dijeron que están presentes en la zona agrícola del norte de La Guajira.