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Jesús María García Oñate,

Pese a existir hipótesis y comentarios, la muerte del médico Jesús María García Oñate, sigue convertida en un verdadero dilema para las autoridades, mientras que el dolor, cada vez abraza más a su familia, que parece no acostumbrarse a su partida. El sábado por la tarde, mientras decenas de amigos, familiares, colegas de trabajo, personas que fueron atendidas por el galeno, gente del común asistían a su funeral, se hilvanaban muchos comentarios, algunos de ellos, se convierten en hipótesis que ya manejan las autoridades que buscan los enlaces para conectar con el autor intelectual de este crimen que enlútese a la ‘Cuna de Acordeones’.

El médico García no tenía enemigos, al menos él y su familia vivian convenido de eso, porque no manejaban normas de seguridad, mucho menos estaba bajo programas de protección. Por eso, todos se hacen la misma pregunta: ¿Por qué lo mataron?

Como siempre, el médico salió en su carro para iniciar sus labores en el Hospital Santo Tomás de Villanueva. Cuando apenas se aproximaba a la zona de parqueo, un hombre salido de la nada, sacó su pistola y comenzó a disparar. Todo fue confusión. Se escuchaban los disparos, pero pocos se imaginaban que, paradójicamente, era contra un hombre acostumbrado a salvar vidas.

Cuando el cortejo fúnebre iba de la iglesia Santo Tomás, hacia el cementerio Central, muchos recordaban cuando el vehículo del galeno quedó sin control embistiendo a un mototaxista, estrellándose contra un poste de energía.

Comentarios como esto iban siendo narrados en medio de la marcha fúnebre. Muchos apuntaban a un problema de ‘faldas’, en donde se hacen relatos que carecen, por el momento, del acervo probatorio para que las autoridades puedan ampliar el parámetro de la investigación. 

Para las próximas horas se espera resolver la situación de la persona que fue capturada en el barrio Padilla en límites con el 11 de Junio. Del primer incriminado directamente se conoce poco. Se dice que fue el autor material, pero se busca la existencia de un responsable intelectual.

En Villanueva, el pasado viernes 19 de abril, estuvo a punto de presentarse una verdadera asonada, cuando los indignados habitantes intentaron rescatar al capturado que estaba en poder de las autoridades para aplicar justicia por sus propias manos. Eso, gracias a Dios, no existió, porque además se perdía la oportunidad de poder conocer las razones del abominable crimen.

Ayer sábado se cumplió el sepelio del médico. El pueblo sigue llorando y sin saber realmente las razones de este crimen que enlútese a estas hermosas tierras, en donde este tipo de violencia no es plato de cada día.