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En Choles las fincas comenzaron a ser abandonadas ante el temor de los trabajadores./Foto referencia. Archivo alcaldia.
La personeria realizó el primer censo de los desplazados de Juan y Medio.
Foto referencia.
El río Tapias parece ser el escenario predilecto de los nuevos combates.

El estruendo de los disparos de armamento largo y corto, al igual que explosivos, se siente en las zonas urbanas de Choles, Anaime, Comejenes e incluso en Matitas, en donde sus habitantes son presa del pánico y muchos de ellos, han salido para ocupar la carretera del Corredor Minero, a tiempo que 70 familias de Juan y Medio, llegaron en la noche de ayer a la personería de Riohacha en busca de apoyo debido a la presencia armada en su territorio, en donde hace unos días fue asesinado un docente.

El Secretario de Gobierno de La Guajira, Misael Velásquez, preside a esta hora un Puesto de Mando Unificado, para analizar lo que viene ocurriendo en el Corredor Minero, y otros hechos violentos que se han registrado en el departamento, especialmente en Riohacha.

“Todavía no tenemos nada en concreto sobre lo que viene ocurriendo en esa región, lo único que podemos señalar es que los pobladores están alertando sobre enfrentamientos en la zona del río Tapias, en cuyas periferias se encuentran poblados como Choles, Anaime, Tabaco Rubio, Comejenes, hasta donde se escuchan las detonaciones del armamento que vienen utilizando los grupos en conflictos.

Se ha conocido, que en esa región se están enfrentando hombres armados del Clan el Golfo, Pachencas, los cuales, comenzaron a ser repelidos por miembros del ejército que llegaron a la zona.

En toda esa región se encuentra la zona bananera de La Guajira y además, las plantaciones de palma de aceite, como también varios sitios para extraer material de construcción que sirve de materia prima a las plantas trituradoras que operan en ese corredor.

Hace unos días, se conocieron grabaciones en donde un supuesto jefe del Clan El Golfo, ratificaba la orden de cierre de las operaciones de una trituradora de la empresa Macuira, que tiene sede en el Ebanal, a solo 300 metros de la carretera Troncal del Caribe, casi sobre el kilómetro 57 de esa importante arteria.

En el audio se escucha la voz de un supuesto jefe que advierte que todas las actividades de la Macuira, estarán cerradas hasta tanto, los propietarios no respondan a los requerimientos que se les vienen haciendo desde hace algunos días.

ABANDONAN A JUAN Y MEDIO

Roberto Carlos Mejía Mendoza

En Juan y Medio, un pequeño poblado ubicado a 15 minutos de Tomarrazón, en la vía a la Sierra Nevada de Santa Marta, hace más de una semana fue asesinado del docente de la institución Etnoeducativa Sierra Nevada, Roberto Carlos Mejía Mendoza. Desde ese día el terror aumento entre los pobladores, quienes, pese a que aparecieron cuerpos desmembrados en sacos, se resistían a salir del pueblo. Desde la noche de ayer, los últimos pobladores, comenzaron a abandonar sus casas para buscar refugio en la ciudad de Riohacha, en donde desde muy temprano fueron atendidos por el Personero Distrital, Yeison Deluque, quien certificó que por los menos 70 familias fueron censadas, advirtiendo que no existe lugar para albergarlas, ya que otras instalaciones públicas se encuentran ocupadas por campesinos, afrodescendientes e indígenas que bajaron hace un mes de sus fincas, debido a la guerra que se libra entre grupos armados.

De un pueblo apacible, queda solo el abandono.

Desde el jueves 4 de abril comenzó el segundo éxodo masivo de los habitantes de Juan y Medio. Los últimos que quedaban en el pueblo. Varios camiones pequeños de mundanas, llegaron al pueblo para sacar algunos enseres, de quienes pudieron pagar, los demás se fueron en moto, busetas contratadas especialmente e incluso a pie. Todos quería escapar de las amenazas y de los contantes tableteos de armamento pesado que se escuchan a cualquier hora.

Hasta la tienda No hay como Dios, cerró sus puertas.

Las calles de Juan y Medio quedaron solitarias. Nadie quiere regresar al pueblo, hasta tanto no se garanticen las condiciones de seguridad para poder retornar, esa parece ser la constante decisión de los habitantes, que hoy buscan refugio en cualquier patio de la casa de sus amigos en Riohacha.