Las fuertes lluvias que caen por estos días en el sur del departamento del Magdalena, especialmente en el municipio de Zapayán, han dejado aisladas a muchas regiones, una de ellas es Piedras de Moler, en donde ningún vehículo se atreve a transitar, debido al peligro de quedar atrapado entre las aguas, el barro y los profundos huecos de la vía.
Parece que de Piedras de Moler, nadie se acuerda. El mismo alcalde del municipio de Zapayán, Antenor de la Hoz Movilla, dice tener las manos atadas, ya que las vías están bajos, las aguas y los recursos prácticamente en ese municipio pobre, en donde las inversiones llegan a cuenta gotas.
Piedras de Moler, en Zapayán, Magdalena, se enfrenta a una crisis de movilidad tras el deterioro crítico de la vía principal que lo conecta con el municipio. Las intensas lluvias de los últimos días han dejado el tramo de aproximadamente 7 kilómetros prácticamente intransitables, aislando a la comunidad y poniendo en riesgo la economía local, dependiente en gran parte de la agricultura.
El Portal Pasa La Voz, nos permite conocer la crisis que vive esta pequeña comunidad del municipio de Zapayá, lo que agrava la situación es el prolongado silencio del alcalde Antenor de la Hoz Movilla, cuya ausencia en momentos críticos se ha vuelto motivo de creciente indignación entre los habitantes. Mientras el mal estado de las carreteras impide el transporte de productos agrícolas y afecta directamente el sustento de las familias campesinas, el gobierno local parece estar concentrado en otras prioridades.
El alcalde gasta millones en las fiestas patronales, pero no hay recursos para arreglar nuestras vías”, comentan los residentes, frustrados por la falta de atención a problemas estructurales que llevan años afectando a las comunidades rurales. La desconexión entre las autoridades y las necesidades reales de la población es cada vez más evidente, convirtiendo a esta carretera en un símbolo de abandono por parte del gobierno municipal.
Piedras de Moler no solo enfrenta las consecuencias de la naturaleza, sino también la desidia de sus gobernantes. Los habitantes exigen respuestas y acciones inmediatas, pero hasta el momento, la voz del alcalde sigue sin escucharse.