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En Semana Santa se secó el Jagüey principal de Amuyuwou,
Este es el paisaje desolado del desierto guajiro.
Pimpinas vacias y pozos secos.

En Punta Coco, una comunidad indígena que se encuentra en el extremo norte de la entrada principal de Bahía Pórtete, exactamente frente al portentoso Puerto Bolívar, el agua se evaporó. Los niños se quedaron sin clases, y las familias enteras han salido de sus ranchos, a buscar debajo de las raíces de los árboles un poco del preciado líquido.

La crisis es total. En el fondo del jagüey principal de Amuyuwou, solo queda una nata espesa, forrada de un color verde y una capa de arcilla gris. En sus alrededores, decenas de familias wayuu miran con tristeza, que la última gota de agua se secó durante la Semana Santa. Ahora no saben qué hacer. Todos los pozos artesanales de Bahía Honda se secaron. Los niños se asoman y gritan para escuchar el eco, que pareciera sufrir tanto como ellos.

Los niños abandonaron las escuelas.
En los pozos solo queda barro arcilloso.
Las canecas vacias.

Pero el drama de Punta Coco, es quizás peor al resto de las comunidades que circundan al mar Caribe. Sus animales están tomando agua salada, no hay otra alternativa. Muchos mueren al no soportar los espasmos estomacales, cuando la alta alcalinidad comienza a llegar a sus débiles órganos. Los niños hacen lo mismo, comenzaron a consumir agua pura, pero sacada del mar, sin ningún tratamiento.

Mauren Aguilar y Rosa López, no soportaron más, comenzaron a enviar mensajes a toda la Nación y al mundo entero, sobre la crisis del agua. “Estamos consumiendo agua con color achocolatado en unas veces y verde en las otras. Allí mismo abrevan los chivos, los burros y otros animales”

Rosa López, asegura que los engañaron con los 40 camiones. “Nunca han llegado hasta acá. Solo sabemos de ellos por los escándalos que se han presentado, pero no hemos recibido la influencia de la millonaria inversión”

Los colegios de Bahía Honda suspendieron las clases, los niños no tienen agua para consumir, mucho menos para bañarse, lavarse los dientes y lavar la ropa. Es imposible cumplir las actividades académicas de esa forma”.

Debajo de los pocos árboles que encuentran en su camino, se detienen los medios días para preparar un poco de alimento y seguir la busqueda del preciado líquido.

Por las madrugadas familias enteras salen caminar por el desierto en busca de un lugar donde encuentren un poco de agua para calmar la sed. El Estado promete, pero no cumple. Por eso están elevando su grito a todo el mundo para que conozcan que además de morir de hambre, ahora también la gente va a morir de forma directa por falta de un poco de agua para beber.