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Los cachacos que mandamos aquí, al parecer –no soy juez–, buscaron fue robarse la plata en vez de dar las soluciones a la comunidad”, con esta frase, que hizo parte de su alocución realizada a pleno sol en Manaure, extremo norte de La Guajira, Gustavo Petro Urrego, parece que comenzó a girar el ‘toma todo’ al lugar correcto, y no dejarlo únicamente para enlodar a los guajiros, en el negociado de los carros tanques, cuyo proceso, dineros, millonarias picadas, se quedó en manos de congresistas y altos funcionarios incrustados en lo más alto de la cúpula del gobierno alternativo.

En Manaure, donde llovió tres horas antes de llegar el mandatario, como quien dice, la misma naturaleza le recordó la urgente necesidad de solucionar el problema de agua, el gobierno encabeza del su propio presidente reconoció que gente de su confianza, se habían quedado con el jugoso botín de la compra equivocada de camiones cisternas, con los cuales se buscaba darle una ‘paliativo’ al problema de la falta de agua potable a los pobladores de La Guajira.

Con el dedo acusador dirigido a sus propios amigos, el Presidente Gustavo Petro volvió a referirse al escándalo de corrupción por la compra de 40 carro tanques por parte de la UNGRD, al afirmar que además de los inconvenientes técnicos y presupuestales para distribuir el agua en el territorio, “Los cachacos que mandamos aquí, al parecer –no soy juez–, buscaron fue robarse la plata en vez de dar las soluciones a la comunidad”.

Petro fue certero en sus afirmaciones, a tiempo que hizo anuncios sobre la suspensión de recursos para la Unidad, los cuales estaban destinados para atender emergencias a dos corporaciones autónomas regionales y un municipio de Santander, argumentando que busca que los dineros lleguen directamente a las zonas de desastre.

Buscaron –agregó- fue construir un sistema de capilaridad que se llevara el dinero público hacia no sabemos aún qué destinos, y, otra vez, deteniendo las posibilidades de que esta región en cada uno de sus habitantes tenga agua potable” aseguró el presidente, quien sintió sobre su frente como golpea la canícula del sol en estas tierras desérticas en donde el agua, pese a los anuncios, seguirá escaseando, por falta de planeación para invertir los recursos.

El jefe de Estado también recordó los tropiezos que ha tenido su Gobierno para solucionar el problema de la falta de agua en La Guajira, lo que, en su opinión, “evidencia es que hay un poder detrás, porque significa votos y porque eso significa unas élites en el poder”.

El mandatario hizo entrega de una planta potabilizadora de agua, construida en el marco del proyecto Misión Guajira, en donde varias empresas del sector privado hicieron aportes valiosos para intentar mitigar el grave impacto de la crisis humanitaria que viene cobrando víctimas por hambre en el territorio de la península

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