Nadie entiende como lograron asaltar a miembros de una misión humanitaria compuesta por profesional del ICBF, que había ingresado a la comunidad indígena de Lutamana, acogiendo un llamado de la gente, pero qué delincuentes los sometieron a la impotencia, golpearon y maltrataron, robaron un vehículo, se llevaron los celulares y para colmo, los amarraron dejándolos tirados en una zona cercana a la carretera .
Fue un momento difícil. Todos temieron lo peor, cuando comenzaron a golpear a Edilber, el conductor, quien intentó oponerse al asalto. Recibió varios golpes, fue atado junto al resto de la comisión. Los amenazaron con matarlos a todos.
Los asaltantes se llevaron una camioneta Toyota Hilux, color blanco, doble cabina, en donde se transportaban cinco funcionarios adscritos a la regional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, atendiendo una solicitud de la propia comunidad, que los había invitado para conocer una situación en esa zona.
Lutamana es una pequeña comunidad enclavada a un costado de la explotación minera de Cerrejón, en área del municipio de Barrancas, en el centro de La Guajira.
Por el momento no se han escuchado pronunciamiento de las autoridades, ni las civiles, ni los organismos de seguridad. Solo se ha conocido la voz de los afectados, quienes aún siguen invadidos por el terror, ya que según ellos, ” le vieron la cara a la muerte”, cuando realizaban una labor humanitaria en comunidades de alta vulnerabilidad.