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El servicio de recolección de basuras, es quizás, el más costoso en Riohacha. Su precio se disparó. La causa, al parecer, obedece a que los residuos los están depositando en el relleno de Maicao. El local, se encuentra cerrado desde el mes de agosto del año pasado. Corpoguajira dispuso su cierre debido a que no venía cumpliendo con las normas ambientales. Al final, los más afectados en estos momentos son los usuarios, quienes soportan un incremento ‘ilegal’ de tarifas. Lo peor, es que la ciudad está inundada de basuras.

Para el lunes 6 de marzo, se ha dispuesto una nueva mesa de trabajo en donde se analizará el tema a profundidad, para que se pueda levantar la medida de cierre del relleno sanitario, en donde continuaran funcionando las celdas transitorias o botaderos, que no reúnen las condiciones técnicas, ni ambientales para que presten un servicio de esta naturaleza.

Las comunidades indígenas insisten en que se cumplan las normas, manifiestan que no aceptaran pañitos de agua tibia para poder complacer a las partes.

“Para poder levantar la medida preventiva que no permite la disposición final de residuos sólidos en las celdas transitorias, se deben subsanar las falencias que llevaron a tomar esta decisión, para lo cual nos reuniremos con la Administración Distrital y el operador Interaseo con el fin de analizar cada uno de estos puntos”, explicó Samuel Lanao Robles, director de Corpoguajira.

Añadió que, si se evidencia que se hayan cumplido con todas y cada una de las
obligaciones realizadas por Corpoguajira, se procederá a levantar la prohibición. La medida preventiva fue oficializada a través de la Resolución 1513 de 2022.
El director se mostró sorprendido por esta vía de hecho porque “la Corporación siempre a estado abierta al diálogo y siempre que la comunidad ha querido conversar con los funcionarios, hemos estado absolutamente dispuestos”.


Jorge Palomino Rodríguez, subdirector de Autoridad Ambiental de Corpoguajira, recordó
que la decisión de cerrar el botadero fue motivada porque se estaba llevando a cabo una
actividad que atentaba contra el medio ambiente, los recursos naturales y la salud humana,
debido a que las celdas actuales ya no cuentan con vida útil; asimismo porque el Distrito
no posee autorización o viabilidad ambiental para construir nuevos celdas transitorias.

Finalmente, señaló que durante una visita técnica que se hizo al botadero se evidenció que
se había dispuesto una mayor cantidad de residuos a los establecidos en el plan de manejo
ambiental, los cuales superaban la capacidad de los diseños y la elevación de la cota de
las celdas por encima de lo autorizado.