
Era todavía una joven llena de ilusiones cuando a Antonia María Arismendy Iguarán, monseñor Livio Reginaldo Fischione Selli, la llamó para que lo apoyara en los procesos educativos a las comunidades indígenas, en los internados de la Diócesis en La Guajira y luego en diferentes claustros educativos de Riohacha.
Hoy esta verdadera maestra, arriba a sus 97 años de vida, recuerda las historías que le permitieron acumular muchos años dedicado a la educación en su región, cuando era un departamento en los albores de su creación.
Recuerda a Cristóbal Fonseca Siosi, el gobernador conservador, que le dio impulso a los internados en donde se formaron muchas jóvenes de la etnia wayuu.
Se siente satisfecha de haber sido pionera de las maestras étnicas en La Guajira. Fueron 35 años en pleno servicio a la docencia en Colegios Étnicos, en la Escuela Chonkay y Urbana de Niñas en Riohacha. Madre de 7 hijos, con sus nietos y bisnietos.
Hoy todo su núcleo familiar eleva una plegaria al creador, para que la tenga siempre fortalecida, y disfrutando del crecimiento de toda una generación, que sabe valorar los aportes que ella le prestó a su región formando a las generaciones que, han sido el soporte estructural de la sociedad, guajira.