Ante los pésimos resultados del Junior, su presidente y propietario, Fuad Char Abdala, determinó aplicarle una porción de ‘bolillo’ para intentar enderezar al tiburón, que se encuentra en el último lugar de la tabla de posiciones, pese a contar con la nómina más costosa del torneo nacional de fútbol.
Las directivas del cuadro barranquillero tenían en carpeta a Reinaldo Rueda, Pablo Repetto, Cheché Hernández y Jorge Almirón, para dirigir al Junior, tras los fracasos de Arturo Reyes.
Como una conejo de mago, el nombre de Hernán Darío ‘El Bolillo’ Gómez, apareció del sombrero de los Char y fue contratado. A Rueda y los demás los descartaron debido a los altos costos. Por el momento Luis Grau, se encuentra al frente de los entrenamiento, tras la salida de Arturo Reyes, quien no soportó la andanada de derrotas que tienen al equipo Junior, en la cola del torneo.
Con 67 años a cuesta, ‘Bolillo’, llega a Barranquilla y luego de estar cesante desde 2022 cuando dejó la conducción de la selección de Honduras. Su último equipo en Colombia fue Independiente Medellín (2021).
‘Bolillo’ es una autoridad en Colombia y en América, ha dirigido en tres mundiales con selecciones distintas: Colombia (1998), Ecuador (2002) y Panamá (2018). También estuvo en las Copas del Mundo de Italia 90 y Estados Unidos 94 como asistente de Francisco Maturana en la Selección Colombia.
Logró un título de campeón colombiano con Atlético Nacional (1991).
En noviembre del año pasado, ‘Bolillo’ Gómez fue anunciado como nuevo técnico del Atlético Bucaramanga, pero a los pocos días desistió por diferencias con los dirigentes del equipo leopardo.
En la mañana de este martes, Junior oficializó la salida de la dirección técnica de Arturo Reyes y nombró como encargado a Luis Grau. Al mediodía, el accionista Fuad Char dijo que no estaban carpeta el nombre de ningún técnico extranjero y se mostró partidario de contratar a un colombiano.
Al exsenador le seducía el nombre de Reinaldo Rueda, uno de los candidatos que había tomado mayor fuerza, pero aseguró que sus cifras para concretar su contratación eran “bastante gordas”.