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Wilmer González Brito, Foto archivo/Google

Un plan del gobierno central contra La Guajira, donde se conjugaron muchas variables, habría sido la causa principal para que el ingeniero Wilmer González Brito, el 13 de noviembre de 2018, fuera condenado, inicialmente a 10 de prisión, por multiples delitos, que lo obligaron a perder su cargo como gobernador, para el cual fue elegido en unas elecciones atipicas, que buscaba el reemplazo de Oneida Rayed Pinto Pérez.

“En ese momento nosotros no entendíamos lo que estaba pasando, pero había un plan del Gobierno central contra La Guajira, donde se conjugaron muchas variables. Por ejemplo, la muerte de los niños wayuu por desnutrición, que traía aparejado otras dificultades, como la sequía, el abandono estatal, la falta de empleo, la pérdida de beneficios del régimen aduanero especial, la situación de las salinas de Manaure, el estallido de la crisis en Venezuela en el 2013. Todo ese cóctel se conjugó” afirma el exgobernador, quien el pasado 19 de junio del 2025, pudo rocbrar su libertad condicional.

Wilmer Gonzalez Brito, logró su libertad condicional, por un beneficio administrativo al que se tiene derecho cuando se ha cumplido las tres quintas partes de la condena y otros requisitos, como haber tenido buena conducta en prisión. Por esa razón, desde el pasado fin de semana, me encuentro muy feliz por este hecho de volver a gozar de este derecho, lo que considera el segundo en orden de importancia después del derecho a la vida.

Inicios del calvario político

En el 2014, cuando empieza el segundo periodo del Gobierno Santos, también empiezan a sentirse los impactos de haberse llevado las regalías. Por eso, el pueblo wayuu en el 2015 decide entablar acciones a nivel internacional, que fructifican a finales de ese año, cuando estaba terminando el periodo de José María Ballesteros, quien pudo gobernar con tranquilidad.

Luego de la destitución por inhabilidad de Oneida Pinto, gobernadora electa en los comicios de 2016, se volvieron a dar elecciones atípicas en el departamento. En esta oportunidad, Gónzalez Brito sí ganó. Desde allí comenzaron a emerger los problemas para el recien elegido gobernador, nacido en Uribia, La Guajira, el 24 de marzo de 1962m y egresado de la facultad de ingenieria de la Corporación Universitaria de la Costa de Barranquilla.

En esa oportunidad se investigaron algunas versiones, una de ellas que González Brito habría contactado a votantes de La Guajira y, a través de mercados y elementos de construcción, compró los votos necesarios para elegirse gobernador en el 2016. También los investigadores de la Fiscalía encontraron la omisión de 2.000 millones de pesos en el informe de ingresos y gastos de campaña.

El exgobernador fue recluido en la Escuela de Cabaleria de Bogotá. Luego un magistrado del Tribunal Superior de Bogotá, ordenó su libertad y se reincorporó a su cargo. Viviendo su verdadero viacruciz, hasta el punto de estar en una cumbre de mandatarios en la ciudad de Cali, y como en la novela de Garcia Marquez, todos sus colegas sabian que iban para la cárcel, menos él.

¿Finalmente, por qué lo condenaron?

Durante entrevista concedida al Noticiero Cardenal de la 91.7 de Riohacha, el exgobernador, Wilmer González Brito, quien comenzó a sentir de las bondades de estar en libertad, explicó detalles sobre los procesos que les tocó afrontar y los delitos que le imputaron y finalmente, por qué lo condenaron.

“Los delitos por los cuales se adelantaron las diligencias preliminares… me devuelvo a febrero del 2017. En esas audiencias preliminares se imputaron los delitos de cohecho, corrupción al sufragante, falsedad en documento privado, porque se decía que los recursos que la campaña había entregado a la líder de Maicao no figuraban en el informe del CNE, y fraude procesal por cuanto el CNE, al expedir la resolución que reconoce lo que conocemos como reposición de votos, pues se le hacía incurrir en ese fraude” de esa forma sencilla, tranquila, González Brito, comoenza a su relato ante los oyentes de La Guajira.

No hubo cohecho

“Entonces, lo que tengo para decir es que el delito de cohecho, en la decisión de primera instancia que se tomó en noviembre del 2018, quedó en el fallo junto con los otros tres delitos. Pero en la decisión de segunda instancia, que conocimos el 14 de abril del 2021, el delito de cohecho fue quitado y únicamente la condena quedó por los delitos de corrupción al sufragante, falsedad en documento privado y fraude procesal. Se redujo la condena de diez años a nueve años” relata el líder político.

¿Por qué quitaron el cohecho?

“Quiero decir, Hugo, que el delito de cohecho, como todos los conocedores del derecho penal manifestaban, era un exabrupto en ese momento, y el tiempo lo demostró. Pero si ese delito no hubiese sido imputado, si esa fabulación no se hubiese armado de esa forma, Wilmer González habría podido seguir en el cargo de gobernador. Y la razón por la cual ese delito fue adicionado allí fue con ese propósito, porque había un plan contra La Guajira. Y es lo que yo quiero, Hugo, aprovechar esta oportunidad para dejar este mensaje. Ya ha pasado mucho tiempo, casi diez años desde mi detención, o más bien desde los hechos que se conocieron en el 2016, que nos llevaron a vivir el peor momento de nuestra historia política reciente. Así, desde mi óptica, lo califico.

En ese momento nosotros no entendíamos lo que estaba pasando, pero había un plan del Gobierno central contra La Guajira, donde se conjugaron muchas variables. Por ejemplo, la muerte de los niños wayuu por desnutrición, que traía aparejado otras dificultades, como la sequía, el abandono estatal, la falta de empleo, la pérdida de beneficios del régimen aduanero especial, la situación de las salinas de Manaure, el estallido de la crisis en Venezuela en el 2013. Todo ese cóctel se conjugó.

¿Cómo fue el entramado contra La Guajira?

En el 2014, cuando empieza el segundo periodo del Gobierno Santos, también empiezan a sentirse los impactos de haberse llevado las regalías. Por eso, el pueblo wayuu en el 2015 decide entablar acciones a nivel internacional, que fructifican a finales de ese año, cuando estaba terminando el periodo de José María Ballesteros, quien pudo gobernar con tranquilidad.

A finales de ese año, coincidiendo con medidas cautelares de la CIDH, inicia un nuevo periodo con Oneida con una votación sin precedentes. Cuando soñábamos con tranquilidad, a los cuatro meses de gobierno, en abril, empiezan a hablar de intervención al departamento de La Guajira, y ella no dura dos meses después de que empiezan esas voces. Nos envían un gobernador que vino a ponernos ante la prensa como el departamento más corrupto, con un objetivo claro: limpiar el nombre de un partido político. Buscaron quiénes habían gobernado antes y pidieron avales. De allí surgieron procesos como el de los megacolegios, los estudios del dengue, que fueron imposiciones del Fondo de Ciencia y Tecnología.

Espionaje

Luego entramos en escena cuando convocan a elecciones atípicas. Lucho Gómez, Kiko Gómez y yo fuimos espiados, se intervinieron nuestros teléfonos, y había un plan para impedir que el gobernador electo se posesionara. A mí me tocó suerte por haber ganado la elección. Al principio creí que era algo contra mí, pero hoy tengo claro que era un plan contra La Guajira, cuyo fin era limpiar el nombre del presidente Santos porque estaba aspirando al Premio Nobel de Paz y su única mancha era la muerte por desnutrición de los niños wayuu.

Segundo velorio familiar

—Bueno, Betty, pues agradecido con Dios porque esta celebración, este ritual del pueblo wayuu, yo entiendo, como quiera que tengo muchos años en este hogar donde el único que no es wayuu por linaje, pero sí por adopción, soy yo. Nos preocupaba porque la familia había venido aplazando esta deuda con sus familiares. Ya había iniciado el viernes pasado toda la agenda, la exhumación, el traslado de los restos a la Alta Guajira.

Dios nos hizo el milagro. Yo creo que fue un milagro que el viernes pudiera obtener la libertad. Ya desde marzo habíamos cumplido con uno de los presupuestos legales, y estábamos esperando. El viernes ya estaba como resignándome, aunque sin perder la fe. Pero Dios nos hizo el milagro. Viajé a la Alta Guajira y estuve participando, recibiendo el cariño de la gente porque tenía diez años de no visitar el territorio ancestral de Laura, mi esposa. La alegría de la gente fue indescriptible. Me conmovió mucho poder cumplir con esos familiares a quienes tanto amamos.

Wilmer compositor

“Dios reparte los dones como quiere, como dice Iván Ovalle en su última canción. Esta circunstancia que me tocó vivir me llevó a descubrir esta faceta que estaba en mí desde la infancia. Escribí mi primer verso a los quince años. Luego, empezando la universidad, hice otra canción. Desde 2013 empecé una canción cristiana. Estar en este retiro espiritual, como lo llamo, me permitió que el Señor me regalara alrededor de quince canciones. Muchas han sido grabadas, pero no hemos sacado el CD porque decidí participar en el festival cristiano en Valledupar. Muchas de esas canciones son buenas para ese concurso. Estoy feliz de que el Señor nos haya bendecido con estos temas que nos permiten predicar, porque son prácticamente prédicas en forma de canciones.

Su futuro profesional y político

Nosotros, cuando no estamos en política, venimos desde hace veinte años con mi esposa Laura y el núcleo familiar haciendo empresa. Lo alternamos con la política cuando Dios nos brinda oportunidades. Laura puso en pausa su carrera política en 2003, la retomó en 2023. Ella fue concejal en el 92 con 19 años, y yo me lancé a la alcaldía de Uribia en el 94.

Tenemos en común esa vocación de servicio. No vemos la política como el arte de servirse de la gente, sino de servirle. Nos mueve el tema social, el tema wayuu. Seguiremos haciendo lo que hemos venido haciendo desde lo privado, ayudando en lo político. No es fácil dejar la política, y más cuando es Dios quien lo llama a uno. Yo era apolítico cuando me gradué en el 89 como ingeniero civil, y no sé cómo, pero terminé en la política siendo protagonista muchas veces.

Una de las cosas que pensamos hacer es visitar a los amigos que han sido solidarios, a mis hermanos en Cristo, porque han sido muchas las oraciones que han elevado para que el Señor nos ayudara a pasar esta tempestad. Espiritualmente salimos fortalecidos y con ganas de seguir sirviendo a nuestra gente, a nuestro departamento y a Uribia.

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