

En el marco del Encuentro de Autoridades Regionales de Turismo, organizado por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo en Armenia, Quindío, el departamento de La Guajira, fue reconocido por sus grandes logros alcanzados a nivel nacional e internacional, ubicándolo dentro de los tres mejores destinos turísticos del país.
Las estadísticas son claras. Las muestras la vemos casi a diario en el aeropuerto Almirante Padilla, cuando llegan y salen, aviones abarrotados de personas que, vienen a conocer esa joya que estuvo escondida para el turismo durante décadas y que ahora, comienza a mostrarse, pero con enfoques diferenciales, que la hacen más atractiva ante la mirada del mundo.
Los reconocimientos hechos en Cannes, Francia, se constituyen en prueba fehaciente, que estamos en el camino correcto, por ser una zona especial, donde se conjuga el extenso mar Caribe, con el único desierto habitado de Colombia, la zona glaciar de la Sierra Nevada, el torrente de las aguas frías que bajan de las montañas, los hermosos Monte de Oca, los bellos pueblos de la ‘Provincia’ de donde brotan las mejores voces y acordeones de la música vernácula vallenata. En La Guajira tienes para vivir tú mejor aventura, sin salir del país.
Es supremamente importante destacar el logro alcanzado en la categoría de Gestión Integral de Destinos Turísticos, subcategoría Promoción y Marketing de Destinos Turísticos, mostrando el trabajo de quienes impulsan acciones innovadoras y efectivas de promoción, fortalecimiento del turismo y generación de impacto económico, social y cultural en sus comunidades.
El gobernador Jairo Aguilar Deluque, junto a su equipo, le ha venido apostando al desarrollo turístico su diversidad étnica, eco ambiental, y quizás lo más importante, se está mostrando como, se puede hacer turismo, combinado con los desarrollos tecnológicos en la minería y la transición energética.
Somos un pueblo con una resiliencia maravillosa. Hemos sido capaces de levantarnos de la crisis dejada por las grandes bonanzas que a través de la historia hemos vivido, las perlas, el contrabando a las islas del Caribe, la cannabis, entre otras
Ahora el Cabo de la Vela, Mayapo, Punta Gallinas, Palomino o el malecón de Riohacha son nombres que evocan más que playas y desiertos. Son ejemplos de convivencia entre el turismo y la cultura ancestral, de respeto por la naturaleza y de crecimiento económico compartido. La Guajira ha demostrado que el turismo no tiene que ser invasivo, que puede ser respetuoso, educativo y generador de empleo digno
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Sin embargo, el desafío apenas comienza. Mantener la autenticidad cultural y la protección ambiental en medio del auge turístico requiere una visión a largo plazo. Las comunidades deben seguir siendo protagonistas y no simples espectadoras del desarrollo. El visitante debe ser consciente de que llega a un territorio sagrado, diverso y frágil, donde cada experiencia tiene un valor espiritual y ecológico.