Por: Juana Cordero, Excandidata a alcaldía de Riohacha

Mis queridos lectores, en el corazón del Caribe colombiano, donde el viento susurra historias ancestrales y el sol pinta de colores el horizonte cada atardecer, se alza mi bella Guajira. Esta tierra, bañada por el mar y custodiada por las montañas de la Sierra Nevada, es mucho más que un destino turístico: es un reflejo de la diversidad y la riqueza cultural que define a Colombia.
Desde tiempos inmemoriales, las comunidades indígenas wayúu, wiwa y kogui han tejido sus tradiciones con los hilos de la historia, preservando un legado que se entrelaza con la naturaleza y el espíritu de la tierra. Cada rincón de La Guajira cuenta una historia, desde las playas de arenas doradas hasta los paisajes áridos del desierto, donde la vida florece en medio de la adversidad.
Pero detrás de esta belleza se esconde una realidad compleja y desafiante. El turismo, que debería ser un motor de desarrollo y conservación, enfrenta obstáculos que amenazan con opacar el esplendor de nuestro territorio. La falta de infraestructura, la contaminación ambiental y la escasez de recursos para la protección del patrimonio histórico, cultural y natural son solo algunos de los desafíos que enfrentamos.
Sin embargo, en medio de estas adversidades, vislumbramos una oportunidad única para transformar nuestro destino. En la Vitrina Turística de Anato, donde el mundo voltea su mirada hacia las maravillas de Colombia, La Guajira emerge como una joya por descubrir. Pero, ¿estamos preparados para enfrentar el desafío que implica convertir nuestro paraíso en un destino de talla mundial?
¿Cómo lograrlo? En esta columna, exploraremos las brechas y desafíos que enfrenta el turismo en La Guajira, pero también propondremos soluciones y acciones concretas para impulsar el desarrollo sostenible de nuestro destino. Es hora de que La Guajira sea lo que está destinada a ser, y depende de todos nosotros hacerlo posible.
En la encrucijada del turismo, La Guajira se encuentra ante una disyuntiva crucial.
Por un lado, la vitrina de Anato nos ofrece la oportunidad de mostrar al mundo la belleza y la riqueza de nuestro territorio. Por otro lado, enfrentamos el desafío de garantizar que este turismo sea sostenible, respetuoso con el medio ambiente y beneficioso para las comunidades locales.
Uno de los principales obstáculos que debemos superar es la falta de inversión y planificación adecuada. La Guajira necesita infraestructura básica, como vías de acceso, servicios públicos y sistemas de gestión de residuos, para poder recibir a los visitantes de manera segura y cómoda. Además, es fundamental desarrollar un plan de ordenamiento territorial que proteja nuestros recursos naturales y culturales, evitando la sobreexplotación y el deterioro del entorno.
La seguridad también es una preocupación importante. Los turistas deben sentirse protegidos y bienvenidos en nuestro territorio, y esto requiere un esfuerzo conjunto de las autoridades locales, la comunidad y el sector privado para garantizar un entorno seguro y pacífico.
Pero no todo son desafíos. La Guajira cuenta con una riqueza cultural y natural incomparable, que puede convertirse en nuestro mayor activo en la industria turística. Desde las artesanías wayúu hasta los paisajes desérticos y las playas vírgenes, tenemos todo lo necesario para cautivar a los viajeros más exigentes.
Costa Rica, conocida por sus impresionantes paisajes naturales, ha sido pionera en el desarrollo de un turismo sostenible que prioriza la conservación del medio ambiente y la participación de las comunidades locales. Con un enfoque en la protección de sus recursos naturales y la promoción de la biodiversidad, Costa Rica ha logrado atraer a millones de turistas cada año, convirtiéndose en un referente mundial en turismo responsable.
Al igual que La Guajira, Costa Rica enfrentó desafíos similares en términos de desarrollo turístico y conservación ambiental. Sin embargo, a través de políticas públicas innovadoras, inversión en infraestructura sostenible y la participación activa de las comunidades locales, Costa Rica ha logrado encontrar un equilibrio entre el turismo y la preservación del medio ambiente.
La Guajira puede tomar nota del enfoque de Costa Rica en varias áreas clave. Por ejemplo, promover el turismo de naturaleza y aventura, como el ecoturismo y el turismo comunitario, puede ayudar a diversificar la oferta turística y atraer a viajeros interesados en experiencias auténticas y sostenibles. Además, invertir en la protección de los ecosistemas frágiles de La Guajira y en la educación ambiental puede garantizar la conservación a largo plazo de sus recursos naturales.
Al emular el modelo de turismo sostenible de Costa Rica, La Guajira no solo puede atraer a más turistas conscientes del medio ambiente, sino también contribuir al desarrollo económico de la región de manera sostenible y responsable.